El pequeño "Darth Vader"

Muchos de los padres con los que hablo tienen hijos cuyo comportamientoes desconcertante y difícil de entender. Estos niños aparentan el disfrutar “ser malos”, se ríen cuando hacen enojar a un adulto, y no muestran arrepentimiento después que lastiman emocional o físicamente a alguien.

Conversé con una pareja a quienes el director de la escuela exclusiva de su hijo de 4 años les dijo que este era “el peor niño que había visto. Que no entendía ni le importaban las reglas. Que era agresivo, violento con otros niños y no demostraba arrepentimiento por sus malas acciones. Que actuaba casi como un psicópata”

Mientras que es típico que los adultos lleguen a conclusiones sobre estos niños (emocionalmente perturbados, bipolares, autistas, desafiantes o hasta psicópatas) existen simples explicaciones para su comportamiento y motivación.

 

Imagine a un niño de 3 o 4 años que ingresa a la escuela preescolar y encuentra que sus tendencias naturales para jugar y comportarse con los otros no funciona bien. Ese niño cree que es gracioso empujar y arrebatar, pero los otros lo encuentran desagradable. Él es ruidoso con la esperanza de ser alguien interesante. Hace cosas impulsivamente sin pensar o sin intención. Es de buen carácter y afectuoso pero gradualmente se da cuenta que los otros niños no simpatizan ni lo acogen. Su mente trabaja duro para descifrar el rompecabezas en frente de él. Ansia atención, el relacionarse y un sentimientode status social en este nuevo mundo. Mientras que sus intentos de ser aceptado no funcionan, muchos de sus ruidosos y agresivos gestos lo hacen  el centro de atención de los otros.

En el pensamiento de este niño es como que está haciendo una prueba para un papel en la popular película “La guerra de las galaxias”. Observa alrededor de la clase y ve a unos pocos candidatos para el papel de Luke (el héroe), unas pocas Princesas Leias (la bella dama), Obi-Wan (el salvador) ya está tomado, hay un enorme Chewbacca (el soldado) y hasta un mejor Han Solo (el otro héroe). Pero esperen! nadie ha tomado el papel del rol del anti-héroe Darth Vader (el malvado). Ese es un papel grandioso, lleno de poder  y fresco.

Los niños quieren poder social, un rol poderoso en su grupo de compañeros. Quieren poder, sea positivo o negativo. Cuando un niño tiene dificultad en encontrar un rol positivo en su grupo, encuentra uno negativo.

Para el niño que juega al papel de Darth Vader todos los motivadores usuales están revertidos. Luke quiere que lo quieras, Vader quiere que le temas, Luke quiere tu atención positiva, Vader quiere tu atención negativa. Luke tiene muchos amigos, Vader no y pretende no importarle.

Este es por qué muchos profesionales tienen dificultad para lidiar con pequeños Vader en sus clases. Ellos tratan a Vader como si fuera Luke y no funciona. En realidad, empeora las cosas. Cuando un Luke lastima los sentimientos de otro niño, se sientan con él y le explican cómo es que lo hizo. Si se sientan con un Vader y hacen lo mismo, él piensa: “Ya se! Ese es mi papel. No le simpatizo a ese niño de todas maneras, así que por lo menos está un poco temeroso de mi”. Cuando un Luke tira sus juguetes y le dicen que no es bueno que lo haga; el para de hacerlo porque quiere complacer al adulto. Cuando se le dice a un Vader que no es bueno que tire sus juguetes, él se siente alentado a hacerlo de nuevo, porque él ha conseguido exitosamente la atención del maestro o adulto y demuestra que no le importa lo que los demás quieran.

Lo más importante de entender sobre un pequeño Vader es que el tener este rol en la clase o el hogar es natural y lógico, no es un signo de algún desorden o falta de habilidad para compenetrarse con los demás. Los pequeños Darth Vaders son típicamente brillante y socialmente astutos. Ellos pueden haber llegado a la escuela sintiéndose ya muy poderosos y un poco aislados, para luego tomar el papel de un Vader en la estructura social de su grupo, papel que escogieron después de fallar en ser exitosos asumiendo otros papeles.

El rol del anti-héroe puede ser excitante para un niño. He visto pequeños y pequeñas quienes ingresan alrecreo del preescolar solo para hacer a otros niños gritar o correrse de ellos.  Metafóricamente hablando, usted podrá hasta casi escuchar el tema de fondo de Darth Vader al mismo tiempo que uno de estos niños ingresa a la caja de arena (Bom, Bom, Bomba-Bom, Bomba-Bom). Él podría haber sido una estrella de rock (imagínese chicas gritando y jalándose los cabellos)

La respuesta más común y la que contrataca con un pequeño Vaderes explicarle porque lo que hizo esta errado mientras se le dice cuan molesto, triste, decepcionado o lastimado está usted por sus acciones. Vader sabe que lo que hizo esta errado y lo hizo exactamente por el efecto que consiguió.

Para lidiar efectivamente con nuestros anti-héroes lo primero que necesitamos es parar de decirles lo que ellos ya saben y darles pequeñas penitencias para disuadir lo que están haciendo. Hay que retirar el alimento que fortalece a los Darth Vader y crear oportunidades para que el pequeño Luke salga al exterior.

Lo opuesto al gracias

Recientemente escuche a un filósofo budista preguntarle a un grupo, “Qué es lo opuesto a un gracias” Después que los del grupo le dieran diferentes respuestas él les dijo “Lo opuesto a un gracias es decir: tu estas supuesto a hacer eso” En otras palabras, el sentimiento de tener el derecho. Vivir en la condición de las gracias es felicidad. Vivir en la condición de “tu estas supuesto a hacer eso” es sufrir porque la persona se coloca en la situación de constante decepción.

He observado a una mujer leyéndole a su nieto de tres años, Ryan. A la mitad del libro que Ryan escogió, él decide que quiere que le lea un libro diferente. La abuela le dice, “No. Tu escogiste este libro y yo quiero terminar este” Ryan se queja y empieza a llorar. “Pero yo quiero otro!” La madre se acerca y dice, “Vamos mamá, ¿porqué no le lees otro?” Pero la veterana señora no cede “El necesita aprender que no es el único aquí”. Al insistiren sus deseos la abuela de Ryan lo invitaba a reconocerla. Ella estaba instintivamente tratando de establecer un reconocimiento mutuo.

Para que Ryan desarrolle una sana capacidad de mutuo reconocimiento, los adultos a su alrededor deben tener fe en su habilidad para sobrevivir una decepción o frustración. Ellos no deben permitir que su temor o ansiedad los influencien hacia la indulgencia. El temor implícito en la madre de Ryan de darle lo que él quiere en esta situación es “Y si no desarrolla el amor a la lectura?” o “Y qué tal si es que no aprende a hacer valer sus deseos” o quizás solo “Yo quiero que este momento sea de gozo no de decepción” 

La acumulaciónde muchas ocasiones en que los adultos han cedido sus deseos a los del niño ha resultado en un desbalance en desarrollar poder en lugar de conexión. Mientras que estos momentos, vistos aisladamente, aparentan ser inofensivos, el efecto acumulativo es un niño que desarrolla un fuerte sentimiento sobre sus derechos y uno muy débil hacia las necesidades de los otros.

Cuando le dé a sus hijos a elegir, recuerde que los debe preparar para que sean exitosos y felices en la escuela. Si el hogar es un lugar de ilimitadas elecciones y derechos y la escuela un lugar con límites, no se sorprenda si es que a su hijo no le gusta la escuela.

La práctica entre los padres ligada a las elecciones, regularmente está solicitando la opinión del niño. Esto puede ir desde dejarlos elegir que ropa usar o preguntarle su preferencia de a cuál restaurante ir;  a elegir el color de la pintura de la cocina.

O también el niño que quiere seguir usando su disfraz de Halloween en la escuela cuando ya paso un mes o la niña que se niega a vestir otra cosa que no sea su vestido favorito aunque su madre no lo haya podido lavar en cinco días. Son innumerables las veces que he visto a padres arrastrando de las manos a susllorosos pequeños de la pre-escuela después de una larga batalla sobre que ropa vestir.

A los niños que se les otorgan opciones o elecciones para todo, aprenden a cuestionar cualquier cosa que no les gusta. Esto puede ser visto como algo bueno para un padre tolerante en la casa, pero para el tiempo en que estos niños entran a la escuela es extremadamente difícil lidiar con sus creencias de que su opinión es tan válida, o más valida, que la del profesor.

He sido testigo en una clase de matemáticas en tercer grado donde los niños discuten con la maestrasobre la forma en que enseña. Y estas no son discusiones con el espíritu u objetivo de clarificar algo que no entienden, sino la insistencia en que lo que ellos piensan es correcto y que la maestra está equivocada.

Un profesor veterano se me acercó después de uno de mis seminarios y me dijo: “Me gusta que nos hayas dado permiso de ser adultos de nuevo”. 

Como padres y profesores estamos alentados a proveer muchas opciones y provocar que nuestros niños argumenten y por ende sentimos que nuestra opinión en menos importante que la de ellos. Nosotros debemos hacer lo justo, considerar la opinión de todos, que todo sea conveniente y cubra la necesidad de los otros, todo mientras proveemos una grandiosa y caótica democracia. Pero en medio de todo esto, ¿hemos olvidado que somos los adultos? Nosotros debemos decidir qué es lo bueno y lo malo para nuestros hijos.

Darle opciones a los niños y solicitar su opinión puede tener muchos efectos positivos, pero solamente cuando también se tienen en cuenta las necesidades (así los niños protesten) de los otros en la casa. Adicionalmente, usted debe estar preparado para establecer firmes y más resistentes límites para balancear la identidad poderosa que su niño desarrollará consecuentemente.

Los niños a los que se les dan opciones y se les pregunta su opinión acerca de todo, crecen creyendo que tienen derecho a todo. Los niños acostumbrados a considerar el deseo y las necesidades de los otros, aprenden a vivir en la condición de las gracias.

Dificultad con los cambios

Recientementeun amigo me dijo algo que he escuchado decir a muchos padres “Mi hijo tiene dificultad con los cambios”.

Me contó acercade la batalla que tiene cada tarde cuando es hora de que su niño deje la computadora y se ponga a hacer los deberes de la escuela. Él le advierte diariamente a su hijo que solo tiene 10 minutos para apagar la computadoray empezar con sus deberes. Cuando el tiempo llega el niño ignora su orden diciéndole “Solo necesito terminar este nivel”. Cinco minutos después el padre vuelve a ordenarle que apague el monitor y es cuando el niño resiente la insistencia del padre y le grita “Déjame! Digo que me dejes!” Comienzan la pelea y los gritos y la computadora todavía está encendida.

Mi amigo también me relata las luchas para que el niño vaya a la escuela o se siente a la mesa a cenar “Cualquier cambio de una cosa a otra es todo un drama” me dice con gesto cansado.

Entonces le contesto, “Está claro que tu hijo tiene dificultad para cambiarse de los video juegos a los deberes de la escuela y de ver tv en la mañana a alistarse para la escuela, pero,  ¿que hay sobre lo opuesto? ¿También tiene dificultad para cambiar de los deberes a los juegos o de salir de la escuela para ir a la casa?

“No, nunca nada de eso es un problema” me responde

“Entonces tu hijo no tiene problemas con los cambios, tu eres el que tiene problemas logrando que tu hijo haga cosas que no quiere hacer”

Mi amigo se ríe y me dice “Si, tienes razón!”

Si el hijo de mi amigo tuviera realmente problema con los cambios, eso significa que le es difícil cambiar de cualquier actividad a otra, es decir, de algo que le gusta a algo que no le gusta y viceversa. Pero si no tiene dificultad de hacer el cambio de algo que no le gusta a su actividad favorita, está claro que su problema no son los cambios.

Su problema es hacer lo que no le gusta.

Al usar la frase “dificultad con los cambios” concluimos que eso es un comportamiento normal y sano.

En realidad, el niño no tiene ningún problema, es el adultoel que tiene dificultad de lograr que el niño haga lo que no quiere hacer, así de claro y simple.

Al decir que el niño tiene “dificultad con los cambios” estamos ya concluyendoque “no podemos lograr que el niño haga lo que no quiere” y en consecuencia esto se convierte en “el niño no tiene la habilidad de procesar el cambio de una actividad a otra”

Para ser justos, existe un porcentaje pequeño de niños con dificultad a los cambios, sean estos para una actividad favorita u otra que no les gusta, pero hoy en día son excepciones raras. Inicialmente, el término “dificultad con los cambios” se usaba para describir a los niños que eran obsesivos enfocándose en la actividadfrente a ellos y que carecían de habilidad (o les era muy difícil) desengancharse de una actividad y empezar otra. Niños con un autismo moderado o severo están en estos casos donde cualquier cambio les es difícil, sea sobre algo que les guste o no.

Esta conclusión errada sobre “dificultad con los cambios” para explicar la conducta de niños sanos y normales no es solamente de parte de los padres, sino también entre educadores y profesionales de la salud mental.

Sea en la escuela o en el hogar, confundir un comportamiento voluntarioso con un desorden sicológico o inhabilidad puede causar serios problemas. Cuando un adulto le atribuye a una conducta una inhabilidad, la respuesta natural es dar mayores explicaciones para ayudar lo que se asume es el problema. En cualquiera de los casos el resultado en una real desconexión entre el adulto y el niño. El adulto está asumiendo causas que no están ahí y en consecuencia tiene menos posibilidad de solucionar el problema real.

Adicionalmente, una sombra en la relación entre el niño y el adulto empieza a desarrollarse. El adulto asume una inhabilidad que no existe y el niño aprende que alentando este error evitará hacer cosas que no quiere y fingirá tener aún menos habilidad. El adulto se sentirá más frustrado por no tener respuesta a sus indicaciones yasí el círculo se alimenta por sí mismo.

Si todos tomamos conciencia y los padres y maestros unen esfuerzos para ir en contra de la cultura de diagnosticar a los niños, si nos movemos hacia relaciones más sanas y honestas con ellos; el primer paso es asumir que nuestros hijos son capaces de mucho más de lo que creemos. Solo entonces podremos tomar la responsabilidad de lidiar frontalmente con los poderosos niños que hemos criadocon tanto trabajo.

Criando a Charlie Sheen

El papel de Charlie Sheen en la serie de TV “Dos hombres y medio” (donde encarna a un exitoso músico con una vida sin responsabilidades y egoísta) es el perfecto ejemplo de una cultura que alienta, y hasta idolatra, relaciones incondicionales en lugar de negociaciones.  Nosotros alabamos a los que son tan poderosos y ricos que no tienen que dar explicaciones a nadie. Promovemos auto suficiencia como una virtud principal y valorizamos el que se diga lo que se piensa sobre la responsabilidad con otros. Mientras que mucha gente ve que Charlie Sheen ha ido muy lejos, él está solamente usando nuestra cultura de ilusiones a su lógica conclusión.

La pornografía en internet es otra relación incondicional extrema. Bill Maher (presentador de la TV americana) hace poco hizo noticia cuando dijo “La mayoría de los sicólogos nos están diciendo que para un gran porcentaje de hombres en el país, masturbarse con pornografía es un Plan A, y tener sexo con tu chica o esposa es una opción reservada por si se va la energía eléctrica”

Dicho todo esto, que es lo que Charlie Sheen, la adicción a la pornografíay la crianza de niños tienen en común?

La crianza de niños donde los padres ponen  énfasis en que las necesidades y deseos de sus hijos sean complacidos sacrificando sus propias necesidades, crea niños arrogantes, narcisistas y llenos de sentimientos de omnipotencia. Crea adultos que entienden al mundo como su incondicional y no negociable y es la razón número uno del crecimiento de la adicción a la pornografía.

Muchachos con madres que sacrifican sus propios deseos y necesidades, crecerán atraídos por mujeres sin deseos ni necesidades. Y por la moda de empoderar a los niños a través de la crianza sacrificada, ellos estarán más presionados a encontrar mujeres que supriman sus deseos y se enfoquen en los suyos como lo hicieran sus madres.

Estos chicos han sido amoldados para buscar una vida sexual virtual y no-negociable como laque se encuentra en la pornografía por internet. ¿Para que lidiar con mujeres con deseos y anhelos propios cuando pueden tener a todas las mujeres incondicionales y virtuales que quieran y que no les pedirán nada así como mamá?

Alternativamente, estos muchachos pueden convertirse en hombrescon sentimientos de omnipotencia que los impulsa a carreras exitosas y dinero. En estos casos caen en las redes de mujeres que los aburren debido a la atención a sus deseos, necesidades, edad y vida real.  O quizás se conviertan como el real Charlie Sheen quien cambia de novia continuamente  y tiene estrellas de la pornografía a su alrededor.

Como cultura estamos gradualmente cambiando nuestra crianza de los niños de negociable a incondicional. Una crianza negociable requiere el dar y tomar, respeto, apreciación y cortesía. El derecho es su castigo.

Una crianza incondicional, prepara a los niños para un mundo incondicional. Un mundo donde los amigos no los dejaran sin importar cuan abusivos o desagradables se vuelva. Donde todos obtienen una calificación “A” sin importar si se esforzaron o no, donde los empleadores no los despiden si no llegan al trabajo, donde las esposas permanecen con los esposos que las abusan.

El mundo no es incondicional (a menos que seas Charlie Sheen). El mundo es una transacción. El amor es una transacción.

Esta adoración por los niños, esta idea de que debemos ser amables y respetuosos con ellos aunque sean rudos y desconsiderados, es absurda, e irónicamente tiene su origen en el deseo narcisista de ver ennuestros hijos nuestra propia perfección insatisfecha y crear para ellos un mundo perfecto libre de decepciones.  Es la popular presunción en una sociedad donde nos esforzamos en exagerar nuestra propia identidad basándonos en nuestros abnegados actos hacia nuestros hijos. Pero cuando los adultos se vuelven abnegados, los niños son dejados solos. ¿Qué tal si damos a los niños un descanso y encontramos nuestra propia identidad sin ellos? Los niños necesitan gente real con necesidades reales, no necesitan padres que los sirvan incondicionalmente.